Siempre me llamó la atención el hombre invisible, podía hacer de todo y pasar desapercibido, nadie se daba cuenta de su presencia. En muchas ocasiones he querido ser como él, pero en muchas otras ocasiones he querido ser reconocida, alabada, valiosa, que mi opinión sea tomada en cuenta, he querido que mis familiares y mis amigos de la iglesia me saluden con alegría y se sientan felices a mi lado. Sin embargo eso no siempre fue así, durante muchos años fui una invisible y no de la clase de superhéroe, lo llevaba en mi ADN, estaba metido hasta en mis huesos, yo era una invisible, lo peor de todo es que yo no me daba cuenta, pensé que mi vida se reducía a eso, a no tener amigos, a vivir preferiblemente sola “es mejor eso a estar con personas y sentirse rechazada” eso de hacer amigos no era lo mío. La invisibilidad se había metido persistente y silenciosamente en todas las áreas de mi vida a través de los años. La invisibilidad había invadido mi creatividad y mi visión.
Un día me di cuenta, pasó en una de las clases de la iglesia, la Pastora comenzó a contarnos historias de personas que tenían muchos problemas, recuerdo una historia en especial, la de una mujer que había estado en depresión, soledad, insomnio y no quería que nadie la abrazara, rechazaba el contacto físico, ella buscó ayuda y en oración Dios le mostró que el día de su nacimiento todo estaba bien, fue deseada, amada por sus padres, pero en el momento en que ella nació había cambio de turno de las enfermeras, la que entregaba el turno tuvo que esperar más trabajando porque su reemplazo no llegaba así que cuando esta niña nació fue recibida por una enfermera muy molesta que la cogió y la lanzó en el lugar donde son limpiados y cambiados los bebés. Dios le mostró como este momento fue usado para destruir su futuro.
Cuando ella contaba esa historia empecé ver en mi mente mi nacimiento, mi mamá me había contado como había sido, mi papá estaba en la cárcel, mi mamá estaba sola con dos niños más, uno de 4 años y otro de 3 años, y ella por miedo no fue al hospital, sino que se encerró en una de las habitaciones y allí sola tuvo su trabajo de parto. Siempre pensé que mi mamá era una valiente, y si lo era, pero lo que yo no había visto era el mundo espiritual que esas circunstancias implicaban. Ese día en clase lo ví, mis ojos fueron abiertos y fue tan claro como si yo estuviera ahí. Mi mamá estaba sentada recargada en la puerta encerrada y sola, pujando con mucho dolor; cuando yo nací, tenía el cordón umbilical envuelto en el cuello, estaba morada, no había nadie para recibirme, no habían regalos, no había gente, solo un cuarto completamente vacío. Ví como la soledad, la falta de visión, la falta de creatividad, el temor y la invisibilidad entraron a mi vida.
Paralelamente, estaba viendo mi vida actual, hacía unos años me había casado y mi casa estaba con muy poca o ninguna decoración, no se me ocurría nada, cada vez que pensaba en decorar mi casa, mi mente se encontraba vacía; adicionalmente, estaba acostumbrada a que muy pocas personas me vieran, muy pocas me saludaban, muy pocas se acordaban de mi nombre; el popular era mi esposo, a él si lo saludaban y se acordaban de su nombre, yo no era divertida, ni buena con la gente, no creía que había algo grande para mi, no creía que yo era importante y valiosa, yo era invisible en muchas áreas de mi vida; aún, pensé que Dios me había creado así, pero en lo profundo de mi corazón deseaba ser otra persona.
Yo ya era cristiana, llevaba muchos años conociendo lo que Dios dice, aún lo memoricé, pero no sabía por qué razón mi vida era así, trataba de ser diferente pero mi naturaleza no me lo permitía. Cuando mis ojos se abrieron pude entender por qué razón mi vida era de esta manera, todo tenía una conexión. Cuando yo nací, no tuve un recibimiento, mi papá no estaba, nadie fue a verme, el cuarto estaba vacío, no había nada para celebrar mi nacimiento, no hubo regalos; y así era mi vida actual, vacía, sin visión e invisible.
Yo ya era cristiana, llevaba muchos años conociendo lo que Dios dice, aún lo memoricé, pero no sabía por qué razón mi vida era así, trataba de ser diferente pero mi naturaleza no me lo permitía. Cuando mis ojos se abrieron pude entender por qué razón mi vida era de esta manera, todo tenía una conexión. Cuando yo nací, no tuve un recibimiento, mi papá no estaba, nadie fue a verme, el cuarto estaba vacío, no había nada para celebrar mi nacimiento, no hubo regalos; y así era mi vida actual, vacía, sin visión e invisible.
Viendo esas imágenes en mi mente, mi corazón se entristeció profundamente y empecé a sentir un dolor inexplicable, me dolía ver mi vida así; cosa que hasta ese momento no sentía. Busqué ayuda y en oración con mi líder, Dios me habló y pude ver como El entró en ese cuadro de mi vida, y me mostró que El siempre estuvo ahí, me mostró en el mundo espiritual el plan de El para mi, me mostró cómo verdaderamente me diseñó, lo creativa, conversadora, amorosa, buena con los niños, amigable, divertida pero sobre todo me mostró que siempre fui su niña consentida, la niña de sus ojos, su amada, en ese momento Dios cambió mi naturaleza, mi ADN; yo fui transformada por Su verdad y Su amor, yo estaba lisiada espiritualmente, !milagro! me creció el brazo que perdí en mi nacimiento. Jesús lo hizo vino y me sanó, que alegría tan grande.
A partir de entonces, me encanta trabajar con mi manos, pinto, tengo proyectos de decoración, me encanta pintar madera, hacer tarjetas etc. Ahora hago amigos, los disfruto, disfruto hablar con ellos, disfruto escribir, ahora me saludan jajajaja, suena raro pero esa es la verdad.
Saben, esto no sólo me ha pasado a mi, hace muchos siglos le pasó a Mefiboset, está en 2 Samuel 9, a Mefiboset alguien lo dejó caer a la edad de 5 años y quedó lisiado de los pies (2 Samuel 4:4), y pasó a vivir a Lodebar que significa "no pasto”, "no palabra" o "no comunicación”, así estaba yo, pero Dios luego lo llama, lo invita a que se siente a la mesa con El y restaura su vida.
Ese es mi Dios, El Dios de los incapacitados.
PDT. El de la foto es Nick Vujicic, su esposa y sus hijos. Puedes tener más información de ellos aqui www.lifewithoutlimbs.org
PDT. El de la foto es Nick Vujicic, su esposa y sus hijos. Puedes tener más información de ellos aqui www.lifewithoutlimbs.org
Qué hermoso! Tenemos a un Dios que restaura vidas. Bendiciones :)
ResponderEliminarGracias Milena por hablar al corazón de muchas mujeres. Así es nuestro Dios hace cosas nuevas todos los días.
EliminarHola Mirella, así es... Un abrazo muy fuerte
EliminarHola Pachita, que alegría que hayas leído el blog. Es una motivación muy grande para mi. Un abrazo gigante
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